Tomar la palabra se paga caro
En mis dudas sobre la pertinencia o no de escribir estas líneas vino en mi ayuda el poeta: «Entre el silencio y el grito, la palabra, la palabra siempre amenazada». Los sistemas rígidos fácilmente se sienten asediados y no dejan espacio para la circulación de voces diferentes en su seno. Tomar la palabra se paga caro, con la expulsión o con el ostracismo. Lo fácil entonces es el silencio obsequioso del miedo, para no crearse problemas, para no caer en desgracia, para seguir contando en el sistema; pero también surge fácil el grito, es decir, la contestación sistemática, la pataleta airada, la agresividad. El poeta reivindica la palabra razonada y libre, pese a los costes personales, responsable y consciente de las repercusiones de lo que se dice.
Rafael Aguirre SJ.
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