La tentación
Cuantas veces tras una sesión de evaluación me siento como alguien malvado y retorcido, encuentro cada día más difícil la tarea de evaluar y sobre todo me pregunto cual es la finalidad de la evaluación. Hoy preguntaba al claustro que podemos hacer, cambiar, tranformar o mejorar para romper de su rutina indiferente a 20 jóvenes y "jóvenas" (que decía un amigo mio) de 16 años que les trae al pairo lo que les contamos en el aula. Si la primera tentación del hombre fué la del conocimiento, porque no somos capaces de despertar el interés por las cosas, por saber, por aprender. La respuesta a mi pregunta ha sido contestada por un gran silencio y un conjunto de caras que miraban para cualquier parte menos a mi. A veces me gustaría convertirme en un llama que pudiera encender ardor por el conocimiento, que rompiera ese velo de apatía que me encuentro cada vez más a menudo, y lo que más lamento que no encuentro herramientas ni argumentos para poder destruir esa capa de barro que impermeabiliza su proceso de crecimiento y aprendizaje.
Bueno lo siento pero es que cada vez que llegan estas fechas me pongo melancolico.
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